Volvemos a nuestra programación habitual con el antihype que a veces nos (me) caracteriza. Esto no hay por dónde cogerlo.
El fichaje del mercado de invierno de DC, el guionista estrella Brian Michael Bendis, que llega al equipo blanquiazul tras el pago de una importante cláusula de rescisión, se ha quedado en… en nada.
Ya los seis números de El Hombre de Acero sabían a muy poca cosa, con un baile de dibujantes que le hacía flaco favor, pero se lo podíamos pasar por alto pensando que sólo era para asentar algunas situaciones que se trabajarían más adelante en la(s) serie(s) regulares.
Yo no necesito más que esta primera grapa para bajarme del carro. Incluye el 1 de Superman y el 1001 de Action Comics (en una de esas maniobras más propias de Panini que de Ecc, como los ya sempiternos tomos de Spiderman que te impiden comprar sólo la colección que tú quieres).
En cualquier caso, la historia interesante ni está ni se la espera. Todo son personajes que casualmente pasaban por allí y sueltan sus discursos que no casan con ellos, familias que se separan because of reasons, habitantes de Metropolis que al parecer se creerían que Superman podría hacer cosas que no tienen sentido y, sobre todo, una edición desaprovechadísima por parte de @eccediciones, que no incluye ningún artículo para informar a los lectores que se acerquen de nuevas de la situación actual y los porqués de cada cosa. Lo mínimo que le podrías pedir a un número 1 de una colección es que te informe de qué está pasando y te dé ganas de comprar el 2, y en mi caso no ha conseguido ninguna de las dos cosas.
Para esto Tomasi lo estaba haciendo mil veces mejor. Una compra menos.
(@neverbot)