El 17 de Diciembre, los 17 tomos de la etapa feliz de Daredevil.

La historia editorial de Daredevil en España es complicada, con bailes de formatos y dificultades para leer porque hay cosas que no están editadas… principalmente porque, como le pasa a Thor, hay etapas magníficas y otras lamentables.

Tras la época Marvel Knights donde Joe Quesada y Kevin Smith revitalizaron un personaje casi abandonado, comenzó “la maldición de Daredevil”, donde cada guionista le dejaba en herencia al siguiente un personaje en una situación cada vez peor y más oscura. Toda esta larguísima etapa se publicó en grapa, incluyendo nombres como David Mack, Brian Michael Bendis, Ed Brubaker y Andy Diggle.

Y en estas que llegó Mark Waid para darle un giro de timón de 180 grados (todavía hay quien suele decir 360, hay que aprender un poco de matemáticas) y volver a los tonos felices del diablo de cuernitos, abandonar a los demonios, La Mano, el no saber si se ha descubierto su identidad secreta… y muchos cambios.

Sorprendentemente, para la edición española se decidió cambiar de grapas a tomos… los caminos de los editores son inescrutables. 17 tomos de, sobre todo, Mark Waid y Charles Soule en los que hay páginas y páginas para leer un buen diablito guardian. Dan Defensor a tope.

#relecturasconfinadas: Daredevil, de Waid, Ribera, Martín, Samnee, Rodríguez y compañía.

El DD de Mark Waid, y esa INMENSA en cantidad y calidad lista de artistas, es desde que salió uno de mis lugares felices dentro de la ficción en viñetas. No soy un lector habitual de Daredevil, más allá de los clásicos de Miller, pero esta etapa fue directa a la lista de lecturas imprescindibles. .
Puede que tenga que ver con el tono, esa visión (pun intended) más luminosa del héroe que no deja de lado sus rincones oscuros y la herencia de etapas anteriores. El “Matt feliz”, aunque tenga algo de disfraz, me hace feliz a mí también. Es más humano, más cercano, quiere hacer las cosas bien, arreglar las cagadas que ha dejado por el camino.

Pero como digo, no deja atrás del todo el conflicto. Los hay y gordos. Desde las conspiraciones internacionales que le amenazan a él y a personajes inocentes a los que debe proteger, hasta la terriblemente actual corriente racista que se infiltra en las instituciones corrompiéndolas, y usa montajes mediáticos para extender el odio. .
Otro punto de vista (vaya, lo he vuelto a hacer) de Daredevil pero llegando a la misma esencia que le hace interesante: el papel de luchador contra la injusticia, ya sea en el juzgado, en las azoteas o en la habitación de un hospital.

Por el camino nos encontramos, además, con una galería espectacular de dibujantes. Desde Paolo Ribera a Chris Samnee, pasando por los españoles Marcos Martín y Javi Rodríguez (este también colorista de gran parte de la serie). Artistas con una personalidad propia pero que se mantienen en una linea limpia y una narración visual que hace resaltar el movimiento acrobatico del diablo de Hell’s Kitchen.

¡Diablos!

(@uncientovolando)

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