Aquel verano (y todos los demás). El cómic de las primas Jillian y Mariko Tamaki huele a verano, a siesta a la sombra de los arboles, a tierra húmeda y a cobijo de tormenta repentina.
Una historia que, aunque hable de un verano muy concreto, habla de todos los veranos. De lo que significan las vacaciones cuando dejas de ser niño (aunque aún quede algo) y cuando eres adulto con responsabilidades.

Todo con una placidez agridulce, tanto en el precioso dibujo como en la narración, la misma que se tiene tumbado a la sombra sabiendo que en algún momento tendrán que terminar las vacaciones. Y así de año en año… (@uncientovolando)

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WE STAND ON GUARD: Oh Canada.

¡Es la guerra! O lo será. Dentro de 100 años, un acto terrorista en la Casa Blanca atribuido a fuerzas canadienses desata una guerra entre los dos países.

Brian K. Vaughan ataca así, con su mala baba habitual, las razones de la guerra en un nada disimulado paralelismo con conflictos como el de Irak. Un interés “pacificador” que esconde razones más materiales.

La historia empieza con la huida de Amber y su hermano de la zona de conflicto y salta hasta encontrarnos con ella adulta sobreviviendo en los bosques. A partir de ahí vemos encuentros con la resistencia canadiense, robots gigantes armados hasta los dientes y un par de giritos que dejan con la sonrisa congelada. Además de la revelación de que Superman es canadiense, aunque eso ya lo sabíamos.

Mucha acidez, acción a paladas para mostrar el sinsentido de la guerra y personajes poderosos dibujados por un Steve Skroce al que había perdido la pista desde los primeros 2000.

(@uncientovolando)

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