Nuestro #topnine de 2018 viene variadito.
El imbatible record de la publicación de @hecdruiz sobre #Seconds de @radiomaru, el regreso de #los4fantasticos y sus múltiples portadas que nos trajo @uncientovolando, o el calendario de #adventicuatropaginas que se está marcando @neverbot estos días están entre vuestros contenidos preferidos.
Gracias por compartir la pasión por los cómics con nosotros.
Después del éxito de Scott Pilgrim, y antes de la buena acogida de sus guiones al frente de Snotgirl, Brian Lee O’Malley (@radiomaru) nos dejó esta pequeña joyita que es Seconds, que editó Random House (@megustaleer).
Fiel a su estilo de dibujo, que es muy difícil no adorar por su sencillez y dinamismo, O’Malley nos trae en este caso una obra más cercana al drama introspectivo de lo que ya fue Pilgrim. Y es que a este hombre siempre se le ha dado bien tratar este tipo de historias, pero en mi opinión, aquí hace un trabajo mucho más redondo de principio a fin.
Seconds es una historia cerrada y costumbrista acerca de las miserias humanas que a todos nos rodean, en algo tan habitual como el intentar mantener un negocio a flote para intentar alcanzar tu sueño. Esto, que de primeras no podría parecer muy atractivo, se viene aderezado enseguida con toques fantásticos y sobrenaturales. Un poco en la línea de lo que venía siendo Pilgrim, en los que no sabes muchas veces que es real, o que es producto de la imaginación de los propios personajes.
Por contra, en este caso huye totalmente de esas referencias, que tanto éxito le dieron en su anterior obra, hacia el mundo de los cómics, videojuegos y demás. Pero aunque eran de mi gusto, he de decir que comparto la elección y no sólo no se echan en falta, si no que no hubiesen pegado (a mi entender) en absoluto con el cariz dramático de la historia.
Para mi fue toda una delicia de lectura, de esas que te dejan satisfecho y te tocan un poquito #losfeelings, dejándote un poso de haber leído un cuentecito muy bien contado. A esto hay que añadir que, a nivel artístico se puede ver una evolución de su estilo muy interesante, adaptándose a la vez al tono de la historia, siendo más comedido en ciertos aspectos, pero con algunos planteamientos visuales y estructuras narrativas que son una maravilla. Algunas paginas directamente son para enmarcar.
En resumen, preparad una mantita, un café o un chocolate caliente, y echadle un ojo en alguna de esas tarde frías en las que no apetece salir de casa. No os decepcionará.
