Qué cosicas tienen los triángulos amorosos que nos gustan tanto. Como en este noventero Video Girl Ai, que lo tiene todo.
Por tener, tiene conjuntos de ropa hijos de su época, peinados imposibles, un nivel de dibujo que por aquel entonces (del 91 en Japón estamos hablando) nos volvía loquísimos, y un argumento fantástico para el adolescente medio: para solucionar un desengaño amoroso, un videoclub aparece ante ti y alquilas una película de la que aparecerá una chica que cumplirá todos tus deseos.
Un videoclub, esto a los post-millenials os lo explico otro día.
Pero si tu reproductor de vídeo está roto, pasan cosas raras. ¿Qué podría salir mal a partir de aquí?
Se te va a acabar metiendo algo en el ojo que hace que pique, y lo sabes.