Vuelve Kevin Matchstick al más puro estilo Zeus. Si, Zeus. Como el padre de Apolo, el del Monte Olimpo. El de “¡No me toques los cojones que te meto un rayo por el culo!”… Ains, perdón, siempre quise usar esa cita en algún sitio.
Bueno al tema, que empieza la tercera y última saga de Mage (en principio de otras 15 entregas como las dos anteriores), y no podría empezar mejor. Con un prólogo que nos devuelve al Pendragón en todo su esplendor, y un primer número que nos recuerda todas las virtudes de esta serie (llena de acción y chulería), Wagner nos sitúa en el nuevo status quo de nuestro protagonista después de tantos años dejando claro que no ha perdido mano con el personaje.
Y ojo que, como en las anteriores sagas, no pierde el tiempo. Este inicio tiene de todo: humor, acción, vuelta al tema de la búsqueda de los tres magos, el Pendragón desatando su poder, y presentación del malo maloso de turno.
Pena que Spyglass Entertainment no llevase a buen término la película que iba a dirigir (según dicen) Zack Snyder, porque estoy seguro que hubiese sido una puesta al día del mito mucho más interesante y transgresora que la de Guy Ritchie.
Por si os interesa pero pasáis del inglés, os recuerdo que las dos anteriores sagas fueron editadas por @dolmeneditorial, la primera en tres tomos de cinco números cada uno, y la segunda en un maravilloso formato prestigio que cada vez se da menos.
Aunque actualmente aparecen agotados en la web de la editorial, buscando un poco seguramente podáis conseguirla. Y a partir de ahí, a pedir con carita de pena que editen esta tercera y última.